Volverá a tramitar los expedientes al haber caducado, lo que provocará un retraso de medio año en multarlos
Vuelta a empezar. La lentitud de la maquinaria municipal para resolver las denuncias por exceso de ruidos ha provocado ya la caducidad de siete expedientes a locales de copas y un octavo a una industria de granito por no haberse resuelto en los seis meses de plazo legal. El Concello ha reabierto los casos, algunos de ellos por infracciones cometidas en noviembre de 2007, ya que no han prescrito. Pero deberá reiniciar el proceso, por lo que la imposición de las sanciones se retrasará medio año más.
Las mediciones sonométricas realizadas superan en todos los casos el máximo permitido. Éstas todavía tienen validez, pese a la caducidad de los expedientes. Entre los locales figuran uno en Inés Pérez de Ceta, otro en Teófilo Llorente (Casco Vello), y otros en Urzáiz, Hispanidad e Irmandiños. Hasta ahora sólo se ha resuelto un caso por el exceso de ruido en una cafetería de la calle García Lorca que ha sido sancionada con una multa de 1.500 euros. Por ello, existe riesgo de que caduquen nuevos expedientes si transcurren los seis meses sin que haya resolución. Están en marcha 33, sumados los que ya se han reabierto.
El departamento de Medio Ambiente, que gestiona las denuncias por superar los niveles acústicos marcados en la ordenanza municipal, tramita por otra parte dos nuevos casos relacionados con locales de copas. Sin embargo los ruidos no proceden del interior, sino que los generan los clientes que se concentran fuera. Hay, además, cuatro expedientes que se incoarán próximamente tras aportar el área de Urbanismo los datos de los propietarios.
Ordenanza del "botellón"
Por otra parte, el Concello ha abierto el plazo para presentar alegaciones a la nueva ordenanza municipal que regulará el botellón. Quienes quieran proponer correcciones o cambios pueden hacerlo hasta el 6 de marzo. La norma faculta al gobierno local a declarar zonas protegidas aquellos lugares en los que la celebración de fiestas en la calle provocan una alteración grave de la convivencia e impiden el normal descanso de los vecinos. Entre las zonas en las que desaparecerán las concentraciones nocturnas en espacios públicos figuran las plazas de O Berbés y Portugal, Teófilo Llorente y la calle Joaquín Loriga. La supresión puede extenderse a otras. La Asociación Viguesa contra el Ruido reclama que se elimine también de la Praza da Estrela, el más multitudinario de la ciudad.