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Es
por esto que esta función de transferencia se ha de
optimizar para cada tipo de destino que le demos al
recinto. Así si la fuente de sonido va ser un débil
violín o en general una fuente poco energética que
debe de ser escuchada por una gran audiencia, es
obvio que no podremos colocarla en la zona de campo
directo, pues
la fuente sólo alcanzaría unos cuantos metros, lo
que tendremos que usar la componente de campo
reverberante para poder llegar a toda la audiencia
con un nivel constante.
Pero además, tenemos que trasladar a la audiencia
el sonido del violín alterándolo lo menos posible,
y esto sólo lo conseguimos optimizando la función
de transmisión de forma que el mensaje no se
altere.
Si
por el contrario la fuente de sonido es un conjunto
de RocK & Roll , que lleva una gran amplificación
y que además lleva un procesado electrónico de la
señal, con introducción de reverberaciones
artificiales, por tanto una fuente muy energética
trataremos que en las salas que acojan este tipo de
fuentes, la audiencia este siempre en la zona de
campo directo, y como única condición, lo mas
equidistantes posibles de ella para mantener los
niveles que lleguen a ella.
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